martes, 23 de marzo de 2010

TORDESILLAS. MIS VIAJES POR ESPAÑA.

Aproximadamente ciento ochenta y cinco kilómetros separan esta famosa urbe cargada de historia de la capital de España. Solamente dos horas al volante del automóvil y podremos disfrutar de uno de esos días completos de verdad. Tordesillas esta extraordinaria villa vallisoletana da mucho de si para una jornada plena de gratificantes actividades que se pueden llevar a cabo.

Pasearse por su recoleta Plaza Mayor, de cuadrada construcción, en torno a la cual giraron durante siglos, difíciles y azarosos momentos que tuvieron una importancia vital y trascendente para el porvenir de Castilla, embrión de la España actual, y que allá por el siglo XVI presentaba un futuro incierto y preocupante, hoy es todo un lujo para cualquier mortal que quiera disfrutarla, os lo puedo asegurar. Tordesillas son muchas cosas a la vez: Historia, turismo, paisaje, fiestas y gastronomía, lo cual lógicamente es un amplio abanico de posibilidades que se nos ofrece para redondear un día de asueto. Si mis recomendaciones van siempre dirigidas a esa posibilidad de realizar viajes de una sola jornada, es decir salida por la mañana de Madrid y volver a dormir al foro aunque sea en ocasiones en horas intempestivas, Tordesillas nos da un juego perfecto para un día cualquiera que tengamos ganas de disfrutar de lo que nos ofrece este rincón castellano. Seguro que no os arrepentiréis.
Nos desviamos en la autovía A-VI dirección a La Coruña, en la primera entrada viniendo desde Madrid donde en un cartel reza, Tordesillas-sur. Atravesamos el Río Duero que aquí se nos ofrece amplio y caudaloso, por un puente de estilo medieval de diez ojos.

Nada más cruzarlo nos encontramos con el monumento al "Toro de la Vega", una estatua en bronce que los oriundos de esta villa han querido colocar estratégicamente para que los que la visitan sepan que sus festejos tienen mucho que ver con el culto reverencial que le dispensan a la muerte de este animal. Cierto es que no obligan a nadie a participar del espectáculo de la muerte del astado a manos de expertos lanceros que bien a pie o a caballo acaban con la vida de un toro. Yo en este tema quisiera ser de lo más imparcial, aunque se que resulta prácticamente imposible, y no por ello me voy a abstener de dar mi opinión, creo que tengo el mismo derecho a darla que cualquier otro, pero lo que si quiero es dejar constancia de mi respeto tanto a los tordesillanos que defienden sus tradiciones que vienen de muchísimos años atrás, como a los que están en contra de este tipo de espectáculos. Ahora bien, lo que de estos últimos no acepto es que quieran imponer sus criterios "a la brava" en contra de la opinión de todo un pueblo. Creo que es procedente recordar que la historia del mundo está llena de sangre y plagada de crueldadades llevadas a cabo por seres humanos, pero no en tiempos lejanos o de "maricastaña" sinó actuales; las guerras, las hambrunas y otros brutales abusos de individuos inhumanos, por definirlos de alguna forma, con sus semejantes nos hieren a diario nuestra sensibilidad y nos retuercen el alma de pena y de congoja, y ahí, precisamente ahí es donde hay que dar la batalla con toda la fuerza que nos sea posible, y una vez solucionada estas lacras, entonces me parecerá muy bien que nos metamos en otras cuestiones, mientras tanto reservemos las energías para la defensa de los humanos, no nos olvidemos de ellos cegados por la quijotesca defensa de los animales, que dicho sea de paso también hay que defenderlos, como no, pero a su tiempo y en su justa medida, no anteponiendo la sinrazón a la coherencia. No vayamos a trastocar el orden de prioridades. Y no quiero seguir más con este tema. Punto. Que cada uno piense como quiera, pero ojo que actúe dentro del respeto a los que piensan de distinta manera, sinó difícilmente van a entenderse los unos con los otros.
Subo hasta la Plaza Mayor que como en todos los pueblos fue y es desde siempre el centro de la villa ya que en ella se celebraba el mercado, los juegos, los festejos taurinos y era el lugar de encuentro de todos. La plaza está rodeada de soportales con dos pisos en bastante buen estado de conservación. Por la calle que baja en dirección al río me acerco hasta las famosas "Casas del Tratado", que son dos palacios unidos y con una fachada continúa en los que el 7 de Junio de 1.494 se firmó el famoso "Tratado de Tordesillas", entre Isabel y Fernando, Reyes de Castilla y Aragón y Juan II rey de Portugal, por el que se establecía un reparto de las zonas que se descubrieran del Nuevo Mundo mediante una línea divisoria en el Océano Atlántico.

Este Tratado puede decirse que fue el primer tratado moderno de la historia europea y que marcó un antes y un después en lo que a relaciones y acuerdos diplomáticos se refiere. Aunque en honor a la verdad el Tratado de Tordesillas fue transgredido tanto por unos como por los otros, y precisó que en siglos posteriores se firmaran nuevos acuerdos que fueron anulados uno tras otro hasta el definitivo "Tratado de San Ildefonso" firmado el 1 de Octubre de 1.777.

Al lado de las Casas del Tratado está la Iglesia Museo de San Antolín construida en el siglo XVI siguiendo las pautas del gótico flamenco típico de la época. Actualmente esta iglesia es un museo de Interés Cultural. Justo enfrente de las Casas del Tratado y de San Antolín, se ha construido como una especie de plazuela en la que están emplazados un monumento en bronce en recuerdo del pueblo de Tordesillas a la reina Doña Juana I de Castilla, (Juana la Loca) obra del escultor Hipólito, y una talla en madera en el otro extremo que simboliza el amor eterno de una reina por su esposo Felipe el Hermoso.

Sin lugar a dudas uno de los monumentos más emblemáticos de Tordesillas es el Real Monasterio de Santa Clara, el cual fue promovido inicialmente como palacio por el rey Alfonso XI "el Justiciero", rey de Castilla y León, para conmemorar la victoria en la Batalla del Salado en el año 1.340, siendo continuadas las obras hasta su finalización por su hijo Pedro I "el Cruel", rey de Castilla. Como dato curioso e histórico, en este palacio el rey Don Pedro I tuvo albergada durante varios años a su amante Doña María de Padilla, hasta que el rey prefirió solazarse con los amores de Doña Juana de Castro, hija del fundador de la saga del Condado de Lemos. En su testamento Don Pedro I deja este palacio a su hija Beatriz que lo convierte en Monasterio teniendo que adaptarlo a las lógicas necesidades monacales de la Orden de Santa Clara (Clarisas), que desde ese momento pasan a gestionar este centro. El estilo arquitectónico inicial que es puramente musulmán sufre una serie de transformaciones en el período comprendido entre los siglos XIV al XVIII, manteniéndose del primitivo estilo taifa la "Capilla Dorada" en cuyas paredes todavía se pueden apreciar restos de pintura gótica y en su interior un precioso Calvario muy interesante supuestamente del siglo XVI. La fachada, el vestíbulo y el patio árabe porticado, son realmente muy interesantes. La iglesia gótica de ladrillo y el presbiterio mudéjar merecen una visita. Dentro de la "Capilla de los Saldaña", en la cripta estuvieron los restos mortales de Doña Juana "la Loca", hasta su posterior traslado al Mausoleo Real de la Catedral de Granada al lado de su esposo el rey Felipe I el Hermoso.
La iglesia de Santa María, es la de mayor superficie de toda la villa. Su estructura inicial del siglo XVI es gótica pero al final coincide con la influencia del estilo neoclásico "herreriano". La torre es la más alta de todas la iglesias y monumentos de Tordesillas.
La iglesia de San Pedro, de estilo gótico construida en sillería, consta de tres naves, la mayor de estilo barroco alberga la imagen de San Pedro que se venera en ella.
Otra de las obras que merecen la pena ser visitadas es el Convento de San Francisco que acabó en ruinas y que recientemente ha sido restaurado solamente en una parte para convertirlo en el "Museo del Farol" que acoge un buen número de cosas y motivos relacionados con las tradiciones, la historia y las fiestas de Tordesillas.
Hablar de Tordesillas es hablar del enclaustramiento de Doña Juana la Loca, y todo el que se acerca allí quiere saber donde estuvo encerrada durante 49 años la "reina que no reinó". Lo cierto es que el palacio que le sirvió de prisión fue derribado en el año 1.773 durante el reinado de Carlos III, y estaba situado al lado del Real Monasterio de Santa Clara, con vistas al río Duero y cuya construcción había sido ordenada en el siglo XIV por el rey Don Enrique III el Doliente.

Y por último tengo que hablar de la cocina local, la cual ofrece una amplísima gama de platos del más puro estilo castellano, así como de los vinos de la Ribera del Duero que han alcanzado internacionalmente una fama sobradamente merecida. Y en mi opinión muy particular, por supuesto, dentro de los maravillosos restaurantes que nos ofrece Tordesillas, me decanto por el restaurante El Torreón, cuyo propietario Jeremías rige con delicada profesionalidad y un esmeradísimo trato, una solvente andadura de muchos años que han convertido su casa en un lugar de obligada visita donde se pueden degustar las mejores exquisiteces que colmarán sobradamente el paladar de los mas exigentes. Os lo aseguro, no os arrepentiréis de la visita.
De regreso a Madrid vamos dejando a un lado Rueda, Medina del Campo y Arévalo, villas con una historia vibrante que alguna de ellas ya hemos traído a este blog. Esta es una de las zonas de España, de la vieja Castilla, que tuvieron una importancia vital en el devenir trascendental de nuestra patria. Creo que el viaje os merecerá la pena ya que aparte de disfrutar de todo lo que he procurado volcar en estas páginas, podréis apreciar y sentir de cerca la hospitalidad y el cariño de un pueblo como Tordesillas que se ha hecho merecedor de títulos como: Muy ilustre, antigua, coronada, leal y nobilísima villa.
Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA