sábado, 12 de septiembre de 2009

SIGUENZA. (GUADALAJARA). MIS VIAJES POR ESPAÑA.

SIGUENZA. (GUADALAJARA). MIS VIAJES POR ESPAÑA.

De nuevo en danza; 10 de Septiembre, año del Señor del 2009. Nuestros pasos en esta ocasión se dirigen hacia una de las ciudades medievales mas interesantes de toda España, Sigüenza, situada , en el norte de la provincia de Guadalajara. Mi collera de viajes, Miguel Rosillo y el que suscribe hemos hecho el firme propósito de emular a uno de los mas genuinos representantes de la Ilustración española, Don José Cadalso en lo descriptivo del conjunto de España en su inmortal obra "Cartas Marruecas", y en eso estamos , tratando de describir todos los paisajes que nos impresionen, monumentos que admiremos, olores que percibamos, manjares que degustemos y en definitiva sensaciones que vivamos. Miguel, como no, participa de todo y se implica en cuerpo y alma; lógicamente ven muchas mas cosas cuatro ojos que dos, de lo cual no me cabe la menor duda. Por ese motivo Miguel quiero darte las gracias por tu colaboración y sobre todo por tu agradable y amena compañía.
Bueno como decía al principio, nos vamos a Sigüenza aproximadamente a 125 kilómetros de Madrid, cuya raíz etimológica significa, "la que domina el valle", situada en la comarca del Alto Henares. La ciudad como tal tuvo importancia desde la antigüedad, se dice incluso que en la Edad del Hierro fue un enclave muy significativo, pero de lo que realmente se tiene constancia documental en lo que a su contenido histórico se refiere es desde la época romana, musulmana y alcanza su mayor esplendor en la baja Edad Media y en toda la Edad Moderna, es decir desde principio del siglo XI hasta el siglo XVIII.

Como no, lo primero que acometemos en nuestra visita es la Catedral con advocación a Santa María, con su imponente aspecto de fortaleza, una importante obra que comenzó su construcción en el siglo XII finalizando la misma bien entrado el siglo XVI, aunque sus últimos retoques y añadidos tuvieron lugar en el siglo XVIII. Sus estilos arquitectónicos cambian desde el arranque inicial en románico-cisterciense, siguiendo por el gótico con elementos neoclásicos y finalizando con barroco en la fachada oeste y en la portada principal. Durante la guerra civil española esta Catedral sufrió un gravísimo deterioro, es más podríamos decir que prácticamente todo el techo de la misma fue destruido, realizándose su restauración a partir del año 1.939 y en la cual se elevó la altura de la misma considerablemente y rematándola con gran acierto y sensibilidad, procurando mantener toda la armonía posible del conjunto, lo cual se consiguió a la perfección.
Innumerables son las cosas de interés que se pueden apreciar dentro de este templo, pero la más importante y famosa entre todas ellas es la capilla del Doncel de Sigüenza, en la cual se encuentran varias tumbas familiares, destacando en el centro el mausoleo de los padres del Doncel, Don Fernando de Arce y Doña Catalina de Sosa, del más puro estilo renacentista, en el muro izquierdo el enterramiento de su hermano, Don Fernando de Arce, Prior de Osma y obispo de Canarias. Pero la gran obra maestra de esta capilla funeraria donde descansan los restos de Martín Vázquez de Arce, Doncel de Sigüenza, muerto en la guerra de Granada en el mes de Julio de 1.486, es la talla en alabastro, de estilo gótico flamígero, supuestamente obra de Sebastián Almonacid, y posiblemente una de las mas bellas e interesantes representaciones artísticas en lo que a joya estatuaria se refiere, que puedan encontrarse en toda la geografía española.
La Sacristía Mayor o de las Cabezas, obra de Alonso de Covarrubias, con una puerta de madera tallada de estilo renacentista, da paso al interior en la cual se puede observar una magnífica bóveda de cañón de estilo plateresco de extraordinaria construcción con 304 cabezas bellamente talladas.
El Altar Mayor con un magnífico retablo en madera policromada de estilo renacentista, en el que destaca la parte frontal con sus dos púlpitos, el de la Epístola y el del Evangelio, ambos cuidadosamente trabajados en alabastro, pero con la curiosidad que aún siendo muy similares en su talla, fueron realizados por distintos artistas y con una diferencia de casi cien años.
El Coro situado en el centro del templo está separado con una reja de hierro típicamente renacentista; en su interior ochenta y cuatro asientos tallados en nogal para otros tantos canónigos con sus correspondientes misericordias. En la parte superior un órgano de estilo barroco churrigueresco, que según dicen solamente es superado en su calidad sonora por el de la Catedral de Sevilla. Este instrumento musical está artísticamente rematado por una balaustrada de estilo plateresco.
El Claustro recientemente abierto al público después de haber sido restaurado durante varios años, nos ofrece su estilo gótico tardío, siglo XVI, y donde curiosamente sus ventanales están protegidos por rejas, algo muy poco común que yo personalmente no había visto nunca en ningún monumento de este tipo y que le confiere un aspecto curiosamente atractivo.
Si algún comentario negativo tengo que hacer de la Catedral de Sigüenza, es la sensación de abandono que nos ofrece, toda la imaginería, tallas, rejas, altares, etc., que están cubiertos de polvo y suciedad de años y años, lo cual es verdaderamente lamentable, ya que una joya de esta magnitud no puede estar "dejada de la mano de Dios" y más siendo su casa. Opino que alguien tiene que tomar alguna decisión para evitar que esto se prolongue por más tiempo. Al turismo se le atrae cuidando y realzando la belleza de nuestras obras, no dejándolas abandonadas y sin cuidado alguno hasta su total y absoluto deterioro.
Después de la amplia e interesante visita a la Catedral, nos dirigimos a un restaurante que un amable paisano seguntino nos recomendó con verdadero énfasis, si mal no recuerdo se llama El Motor; ¡vaya par de raciones de cabrito asado que nos metimos entre pecho y espalda!, según tengo entendido esta es una de las mejores zonas donde se puede degustar este plato, creo recordar que alguien muy experto me dijo en una ocasión que es la especialidad más notable y uno de los mejores lugares de toda España por la calidad y sabor de sus asados. No se equivocó nada el que me lo dijo, a fe que no.
Visitamos ahora el Museo Diocesano de Arte Antiguo, que aparte de la Inmaculada "Niña" de Zurbarán, unas tallas supuestamente de Salzillo, unas cuantas cruces procesionales medianamente interesantes, el resto es un poco pobre para denominarlo como museo con mayúsculas, para mi un museo es algo más, no valen pinturas anónimas de una categoría normalita por mucho siglo XVI y XVII que sean, (en aquella época también había pintores mediocres y malos), custodias, cálices y hostiarios que no me dicen casi nada y una campana que en mi opinión mejor estaría dejándonos oír la sonoridad antigua de sus tañidos en el campanario de alguna iglesia perdida de la Alcarria, que expuesta como un objeto de muy escaso valor artístico. Pero bueno no deseo que todo sea crítica, ni mucho menos, también es plausible que el que haya tenido la idea de mostrar a los seguntinos y a los visitantes "cosas" que se hayan ido recopilando o salvando del expolio y catalogándolas para evitar saqueos, si lo ha hecho de una forma altruista merece todo el reconocimiento y respeto, pero si por el contrario solo lo ha hecho con fines de lucro, entonces si es criticable, por que la verdad lo que se nos ofrece en este "museo" tiene escaso valor artístico, podrían haberse esmerado un poco más, aunque también es justo decirlo que el importe de la entrada por la visita tampoco es muy exagerado que digamos.


Por las empinadas calles de Villegas y Arcedianos subimos hasta la plazoleta en la que se encuentra la que fue casa del Doncel y en la que vivió varios años con su familia, de estilo gótico y hoy convertida en museo y sala de exposiciones de pintura. Enfrente se encuentra la iglesia de San Vicente, en estilo románico del siglo XII, con una puerta norte de gran belleza aunque bastante deteriorada; el interior muy restaurado ha perdido parte del encanto y sacralidad que ofrecen siempre las iglesias románicas. ¡Que difícil es hacer una restauración, sin que el interior de la iglesia pierda esa sensación de recogimiento que normalmente percibe el visitante!.


Bajamos ahora por la Calle Mayor hacia la plaza del mismo nombre y nos detenemos ante la fachada de lo que queda de la iglesia de Santiago también de estilo románico del siglo XII, que en su día fue convento de Clarisas y donde se puede admirar una puerta de bellísima factura; seguimos nuestra andadura por la empinada cuesta y a mano derecha nos encontramos la Puerta del Sol, uno de los accesos a la ciudad amurallada en su época medieval, llegamos al fin a la Plaza Mayor de estilo renacentista del siglo XVI, mandada construir por le famoso Cardenal Mendoza, que nos ofrece su esbeltez y galanura sobre todo sus soportales, balcones y fachadas perfectamente conservados.


El Ayuntamiento de la ciudad preside esta plaza junto con la fachada sur de la Catedral.
Un día completo que rematamos en una sombreada terraza frente a la Catedral, iniciando el regreso a Madrid cuando ya el sol empieza a perder su agresividad de los últimos días del verano, reflejando sobre sus piedras milenarias un color ocre amarillento que le dan al paisaje urbano el aspecto de una postal en color sepia, como si el tiempo se hubiese parado de repente y transmitiéndonos una extraña sensación como si nosotros formásemos parte de su historia y del conjunto de su estructura ciudadana.
Hasta siempre Sigüenza, tu magia como ciudad nos deja el dulce sabor que uno experimenta al quedar prendido para siempre de tu inigualable belleza. Volveremos.
Por: Luís Yáñez Abelaira.

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