martes, 13 de julio de 2010

EL ESCORIAL Y EL PARDO. (MIS VIAJES POR ESPAÑA)

Sin lugar a dudas El Escorial y El Pardo como conjunto es una de las zonas mas importantes turistica y arquitectónicamente de España. Una y otra puede decirse que que forman parte de un circuito que se lleva a cabo comodamente a lo largo de un solo día. La primera, El Escorial está situada escasamente a unos 50 kilómetros de Madrid, en plena cuenca del Guadarrama, es además un punto estratégico en el que fundamentalmente los madrileños así como otras gentes que se dejan caer por estas latitudes y que conocen las bondades de su clima veraniego, disfrutan de este sobre todo durante los meses de estío. La segunda, El Pardo, hoy forma parte del conjunto urbano de la capital.
Aunque El Escorial y San Lorenzo de El Escorial, son dos municipios distintos, cuando coloquialmente se habla de ellos resulta muy difícil separar el uno del otro. Es precisamente durante el reinado de Felipe II de la Casa de Austria en el siglo XVI cuando se lleva a cabo la construcción del célebre Monasterio de El Escorial, siendo segregado dos siglos después el término, pasando a llamarse desde ese momento San Lorenzo de El Escorial, por el que se ha identificado hasta nuestros días.
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, se construyó bajo los criterios de la "Traza Universal" diseñada por el arquitecto Juan Bautista de Toledo que fue discípulo de Miguel Angel en la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma. El fue el que dirigió inicialmente la obra como autor del proyecto, aunque posteriormente fueron interviniendo otros maestros importantes como Gian Battista Castello, "el Bergamasco", Francisco de Mora y sobre todo Juan de Herrera considerado uno de los más significativos representantes de la arquitectura renacentista. En la construcción de este Monasterio puede decirse que es cuando aparece de una forma explosiva el estilo "herreriano", al que podemos definir como un "clasicismo desornamentado".
Desde su construcción hasta prácticamente nuestros días esta monumental obra fue considerada como la "octava maravilla del mundo”, sin duda alguna una denominación de lo más acertada. Asimismo desde el año 2.006 su término municipal está considerado como "Territorio Histórico" o "Sitio Histórico".

El Monasterio fue construido en conmemoración de la victoria sobre las tropas francesas en la Batalla de San Quintín el día 10 de Agosto de 1.557 festividad de San Lorenzo. La primera piedra fue colocada el 23 de Abril de 1.563 y la finalización oficial del mismo data del 13 de Septiembre de 1.584, aunque su culminación definitiva fue en el año 1.586.
El Monasterio fue ocupado inicialmente por la Orden de los Jerónimos, posteriormente por los PP Escolapios entre 1.872 y 1.875, y desde 1.885 por decisión del rey Alfonso XII se hace entrega a los PP Agustinos de las instalaciones conventuales que son los que todavía permanece en ellas.
La arquitectura del Monasterio podemos definirla como una de las obras más representativas del Renacimiento español, y dentro de esta tendencia artística, como un modelo muy definido del estilo "herreriano".
Del edificio en si destacaría nueve secciones, a mi entender las más interesantes que se deben visitar, aunque bien es cierto que cualquier rincón de este Monasterio merece ser admirado y recrearse en su inusitada belleza.
1) La Biblioteca, diseñada por Juan de Herrera y los frescos pintados por el artista italiano Pellegrino Tibaldi. La colección de libros supera los 40.000 volúmenes, algunos de ellos de extraordinario e incalculable valor.


2) El Palacio de Felipe II, de austera construcción. La extraña personalidad del monarca queda reflejada en la situación de su dormitorio al lado del altar mayor de la Basílica, con una ventana desde donde el rey podía seguir la misa cuando estaba aquejado de alguna enfermedad, especialmente de la gota que padecía muy frecuentemente.
3) La Basílica, situada en la parte central del Monasterio, se accede a ella desde el Patio de Reyes. La construcción interior es mediante bóvedas de cañón sobre arcos perpiaños y con cuatro pilares dóricos en el centro. El crucero en su parte superior se cierra con un cimborrio circular sobre cuatro pechinas donde se abren ocho ventanales por los que entra la luz natural. La fachada occidental que es la única vista, ocupa todo un frente del Patio de Reyes.



En la ornamentación interior cabe destacar los frescos de las bóvedas pintados por Luca Giordano, con magníficas representaciones alusivas a la historia de la iglesia. La Capilla Mayor exhibe en su bóveda un fresco de Luca Cambiaso y un retablo diseñado por Juan de Herrera con una altura de 30 metros de bellísima factura. La sacristía muy espaciosa con unas dimensiones de 30x9 metros en cuyas paredes cuelgan pinturas de grandes maestros tales como Zurbarán, Ribera, Tiziano y el Greco.
4) Sala de las Batallas, en la que se representan en pinturas al fresco, las más importantes batallas ganadas por los ejércitos españoles. Esta sala es una verdadera lección de historia ilustrada. Las pinturas fueron realizadas por artistas italianos.
5) La Cripta, con 26 sepulcros de mármol en los que reposan los restos de los reyes y reinas de España, tanto de la Casa de Austria como de la de Borbón, con excepción de Felipe V y Fernando VI. Igualmente faltan los restos de Amadeo I de Saboya y de José I Bonaparte. Como dato curioso, en esta cripta fue enterrado "el único rey consorte que ha habido en España", Francisco de Asís de Borbón esposo de Isabel II.
6) Las Salas Capitulares, destinadas actualmente a exposición de pinturas. En ellas se exhiben obras de Velázquez, Tiziano y Van Dyck entre otros. Todas las bóvedas están decoradas con pinturas de motivos alegres, entre las que cabe destacar una de ellas realizada por Lucas Jordán de extraordinaria belleza.
7) La Pinacoteca, extraordinario museo-exposición de obras de las escuelas flamencas, italianas y españolas de los siglos XV, XVI y XVII; destacando obras de Pieter Coecke el pintor prefirió de Felipe II. También se pueden admirar en esta dependencia obras de El Bosco, Tintoretto y Tiziano entre otros.
8) El Museo de Arquitectura, donde se exponen las herramientas y materiales utilizados en la construcción del Monasterio, así como los planos y documentos relacionados con las obras en general.
9) Jardines de los Frailes, lugar idóneo para el reposo y la meditación. Curiosamente este jardín lo cita Manuel Azaña en su obra "El jardín de los frailes", en este colegio había estudiado Azaña en su juventud.
Otro de los monumentos de interés que conviene visitar en El Escorial es la "Casita del Príncipe", diseñada por el arquitecto Juan de Villanueva como palacete de recreo de los príncipes. Su estilo arquitectónico es típico del neoclasicismo madrileño, obras similares a estas fueron construidas durante el siglo XVIII en Madrid y en sus alrededores, de ahí su acertada definición.
La iglesia de San Bernabé de estilo "herreriano" es otra de las obras típicas y significativas de El Escorial. Su construcción se llevó a cabo al mismo tiempo que el Monasterio, inaugurándose nueve años antes de la finalización de este.
Los alrededores de El Escorial paisajisticamente hablando son de una belleza realmente espectacular. La Sierra de Guadarrama que ya de por si es de una gran hermosura, se ve jalonada entre otras joyas naturales por Las Machotas, dos elevaciones montañosas situadas en el término de Zarzalejo. El Monte Abantos con una altitud de 1.751 metros delimitando las provincias de Avila y Madrid. El río Aulencia que curiosamente nace y discurre íntegramente en la provincia de Madrid, siendo famoso por haber abastecido durante siglos el agua para riego de los jardines del Monasterio.
No podemos dejar de visitar la "Silla de Felipe II", situada en la zona de la Herrería, escasamente a 2,5 kilómetros de San Lorenzo de El Escorial. Lugar desde donde dice la tradición que el rey Felipe II observaba y vigilaba la construcción del Monasterio.
La zona tiene un gran atractivo y es muy frecuentada, bien por la leyenda o por lo entretenido que resulta su acceso, ideal para una jornada de liviano senderismo. Hoy existe una teoría razonablemente fundamentada sobre este lugar, del que se asegura que esta silla no fue construida por el rey Felipe II, sinó que es un altar prerromano posiblemente dedicado al dios Marte. Algo de cierto pudiera haber en todo esto ya que la leyenda data históricamente del siglo XIX, precisamente en una época en que las fábulas estaban a la orden del día, y era muy frecuente inventar mitos que después la tradición oral se encargaba de difundir sin ningún rigor veraz y mucho menos histórico.

EL PARDO.

En mi opinión El Pardo es famoso por tres razones. Sin lugar a dudas las más importantes son por el Palacio Real y por el Convento del Cristo de El Pardo, la otra por haber sido durante casi cuarenta años residencia del anterior Jefe del Estado, Francisco Franco.
El Pardo fue un antiguo municipio y hoy está considerado como un barrio de Madrid desde el año 1.950.



El Palacio Real de El Pardo fue una de las residencias cinegéticas de la familia real española; hoy sin embargo está dedicado al albergue de los jefes de Estado extranjeros en visita oficial a nuestro país. El edificio original de los primeros años del siglo XV fue construido sobre un viejo castillo por orden del rey Enrique III de Castilla, “el Doliente”, el primero que ostentó el título de “Príncipe de Asturias”, y lo hizo como refugio de caza, siendo reformado sucesivamente por los distintos monarcas hasta el proyecto definitivo llevado a cabo por el arquitecto italiano Francesco Sabatini en el siglo XVIII que por indicación del rey Carlos III, lo mejoró y lo amplió notablemente.
La estructura general del Palacio fue diseñada sobre una planta cuadrangular, rodeada por un foso, típico de los castillos de la época. Cuatro torreones en las cuatro esquinas del Palacio le dan un empaque extraordinario. Un patio central y dos patios laterales, estos últimos denominados de los Austrias y de los Borbones, le dan un aspecto similar al de los típicos alcázares españoles.
El interior del Palacio albergó obras de gran valor hasta el siglo XVII en que un incendio destruyó un buen número de pinturas y otras joyas. Sin embargo hoy todavía podemos admirar. Los techos está adornados con frescos de escenas mitológicas obra de maestros como Gaspar Becerra, Bartolomé Carducho, Jerónimo de Cabrero y Luis de Carvajal, todos ellos pintados en el siglo XVII. Desde el siglo XVIII el Palacio Real de El Pardo alberga una magnífica colección de tapices realizados en la Real Fábrica de Madrid sobre bocetos de Bayeu y Goya, que merece la pena visitar, son realmente bellísimos. Aparte de las pinturas interesantes que se exponen en el Palacio, de excelente calidad, en mi opinión destaca sobre todas el “Retrato de Isabel la Católica” de Juan de Flandes.
Aproximadamente a unos 2 kilómetros del centro de El Pardo, se encuentra el convento de los Padres Capuchinos, el cual data de principio del siglo XVII, y está regentado por esta orden desde su fundación. Su construcción sufrió graves deterioros durante la Guerra de la Independencia así como en la Guerra Civil de 1.936 a 1.939. El edificio en si no tiene gran valor arquitectónico, sin duda alguna lo mas importante de todo este conjunto es el “Cristo yacente”, llamado también “Cristo de El Pardo”, obra realizada en madera policromada de una belleza extraordinaria, me atrevería a decir que posiblemente sea la obra cumbre de Gregorio Fernández en su larga carrera como escultor. Dentro de la iglesia un lienzo de Francisco de Ricci es otra de las obras que merece la pena visitar.


Otro edificio de cierta singularidad es la “Casita del Príncipe” de estilo neoclásico. Ha estado cerrada durante dieciocho años para restaurarla, pero desde el año 2009 está nuevamente abierta al público. En su interior se pueden admirar preciosas colecciones de sedas y bordados de gran calidad, así como obras pictóricas de Bayeu y Lucas Jordán.
Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA.