martes, 29 de septiembre de 2009

El mes de Agosto iba tocando a su fin. Las calles del Madrid de mis amores presentaban un aspecto fantasmagórico, completamente desiertas, ni el mas osado se atrevía a dar señales de vida por ningún sitio. Un calor de justicia señalaba en esos termómetros digitales acoplados en los famosos "chirimbolos", cifras que superaban holgadamente la barrera de los 40º C. Las perspectivas no daban más alternativa que el clásico chapuzón piscinero o una película en esos cines impersonales y clónicos que tanto han proliferado en los centros comerciales de la capital y en sus alrededores, y donde no hay ni azafatas que te indiquen lo que tienes que hacer, ni ventanilla de información, ni nada de nada, y donde la gente lamentablemente no sabe más que engullir de forma compulsiva enormes cantidades de palomitas de maíz como si en ello les fuera la vida. Que pena que hayan desaparecido aquellos cines auténticos, cines de verdad, con su escenario engalanado, con su correspondiente telón rojo donde además de vez en cuando también se representaban interesantes obras de teatro, con butacas de terciopelo, con platea y "gallinero", con acomodadores que cumplían celosamente su cometido con su pequeña linterna y que además iban lujosamente uniformados de tal guisa que parecían auténticos "mariscales de campo", con lámparas y apliques laterales de brillantes cristales, que nos evocaban los estrenos de películas de la Metro interpretadas por famosos artistas de la talla de Ava Gardner ó Henry Fonda, que hicieron las delicias de millones de espectadores. Estos cines de ahora serán todo lo funcionales que quieran, pero a mi me parecen almacenes estabulados que lo único que han conseguido es acabar agotando mis aficiones cinéfilas. Perdonad, pero sin querer me he enfrascado en esta crítica a las nuevas salas de cine, cuando el tema de hoy nada tiene que ver con todo esto.
Bueno como iba diciendo, las alternativas que se me presentaban no acababan de convencerme. Ni una cosa ni la otra me hacía ilusión alguna. Barajando posibilidades de sitios más o menos interesantes y atractivos, que no estuvieran muy lejos de la Villa y Corte, opté por la decisión de desplazarme a Avila. Estaba seguro que la idea sería una de las mejores soluciones para disfrutar de un buen día de asueto, de excelente yantar, de turismo cultural y sobre todo de una liviana y llevadera temperatura, (iluso de mi). Al estar la capital abulense a 1.131 metros sobre le nivel del mar y Madrid solamente a 667 metros, estaba convencido que la diferencia de altitud me gratificaría con una agradable climatología, de esas que los oriundos de aquí llaman "fresquita" y que los que venimos de afuera calificamos de "un frío que pela", ya que incluso en pleno verano te obligan a hacer uso de la consiguiente chaqueta o jersey, que es lo que yo previsoramente me llevé por si acaso, ya que la mayor parte de los días por estos pagos hacen su aparición o bien el cierzo ese viento helado del norte que no es ninguna broma a la hora de soplar, o esa brisa serrana que te obligan a resguardarte de su penetrante frío que te cala hasta los huesos. Craso error de cálculo el mío, hubiera sido mucho mejor haberme traído un abanico, ya que el calor en Avila sino era tan elevado como en Madrid andaba poco más o menos por unos valores similares; pero bueno tampoco era como para rasgarse las vestiduras, 3 o 4 grados menos se notaban con agrado. Las previsiones salvo en lo que a la temperatura respecta, se cumplieron en su totalidad y a la perfección en lo que al yantar, el turismo y la holganza se refiere.
A mi compañero y amigo Miguel Rosillo, que últimamente se une a mis correrías turístico-culturales, le pareció la idea de lo más acertado y atractiva, la ciudad castellana está cargada de historia y su monumentalidad es de lo más atrayente. Así que ni cortos ni perezosos enfilamos decididamente la carretera hacia Avila. No habíamos llegado a la mitad del camino cuando una llamada telefónica de nuestros comunes amigos Marta y Ramón, nos comunican que se unen con nosotros a la excursión, lo cual nos parece una idea extraordinaria, son una pareja animosa y con un trato óptimo y por encima de todo son excelentes compañeros y amigos de verdad. Así que quedamos dentro de la Catedral, que como todas las Catedrales mantienen establemente una agradable temperatura, disfrutando mientras tanto de la infinidad de detalles que nos ofrece esta maravilla arquitectónica




La gran ventaja de estas escapadas cercanas a Madrid, como en este caso, es que te pones en cualquier lugar en menos de dos horas, así que a las doce y media de la mañana Miguel y yo entrábamos en la Catedral de Avila, esa joya del gótico primitivo entremezclado con un románico de transición, cuyo conjunto adosado a la muralla le dan un curioso aspecto de fortaleza protectora de la ciudad.
No se sabe con exactitud cuando se inició la construcción de este importante templo, pero existen dos teorías, una que el origen del mismo data de principios del siglo XI según la opinión del historiador Alvar García de Santa María, español y judío converso que fue cronista del rey Juan II de Castilla padre de Isabel la Católica, y otra, parece ser que la mas solvente que dice que fue proyectada por el Maestro Fruchel en el siglo XII, uno de los más grandes arquitectos del arte románico juntamente con el Maestro Mateo y el Maestro de Jaca. Existe la certeza de que la girola y el ábside de la Catedral, las partes más antiguas de la misma, son sin lugar a dudas obra del Maestro Fruchel, y quizás una de las más puras manifestaciones del arte románico en España, aunque no se puede negar que en el proyecto de su construcción se apunta la pujante entrada del gótico francés en España. La Catedral no se finalizó hasta bien entrado el siglo XV sufriendo los cambios lógicos de los tres siglos que duró su construcción. En el exterior románico, gótico y barroco y en el interior además el estilo renacentista dejó una huella profunda dentro de la misma. Muchísimas son las cosas que uno estaría admirando durante horas sin cansarse, pero digamos que lo más significativo y famoso de esta Catedral es: "El Tostado", sepulcro de Don Alonso Madrigal que fue obispo de esta diócesis, obra de Vasco de Zarza, situado en la girola, un relieve hecho en piedra caliza de gran belleza, posiblemente una de las obras renacentistas más importantes de toda España.

El Altar Mayor de bellísima arquitectura románica, donde se quiere ver un despertar del gótico, con un retablo del siglo XVI última obra de Pedro Berruguete que no pudo finalizar, pero antes de su muerte dejó las pautas definidas para su realización y remate. El Claustro del siglo XIV de estilo gótico en el que destaca de una forma especial la Adoración de los Magos obra de Lucas Giraldo. Entrando en la Capilla del Cardenal donde a partir de aquí las salas son un auténtico museo, merece especial mención la custodia de plata obra de Juan de Arfe del siglo XVI, la sala de cantorales, la sala capitular con ornamentos litúrgicos en los que destacan casullas, dalmáticas y capas pluviales de bellísima factura. En cada rincón de las salas se pueden ver pinturas de importantes maestros de su época realmente interesantes.
La fachada de la Catedral, puede decirse que está inacabada, ya que el proyecto inicial era de dos torres iguales y solamente se construyó una en estilo románico de transición al gótico, el frontal entre las dos torres sobre la puerta principal es de un estilo barroco realmente extraordinario.
Después de recorrer de una forma pausada prácticamente todas las estancias de la Catedral, Marta, Ramón, Miguel y yo, acordamos que era una hora prudencial para gratificarnos con un almuerzo serio e importante, esto de visitar monumentos y admirar con entusiasmo obras de arte, a fe que despierta un apetito voraz. Son las dos y media de la tarde y paseándonos por esas calles peatonales cargadas de historia y buscando refugio del implacable sol en las sombras de los elegantes edificios blasonados, nos dirigimos al restaurante Bracamonte, que previamente nos había recomendado un amigo, y donde pudimos corroborar la más que justificada tradición culinaria de la ciudad, degustando amén de apetitosos entrantes unos generosos chuletones de Avila que nos dejaron realmente satisfechos a todos. Una larga y amena sobremesa hablando de lo divino y humano sentados en una terraza de la recoleta Plaza del Mercado Chico, donde la sede del Ayuntamiento destaca como el edificio más importante de ella, nos hizo recordar lo que un día dijo Azorín en su obra "El alma castellana", refiriéndose a esta localidad, "quizás Avila sea la ciudad más siglo XVI de España", yo creo que tenía mucha razón en el aserto. Todos los títulos honoríficos que se le han dado, los tiene sobradamente merecidos. "Avila de los caballeros", "Avila del Rey", "Avila de los leales", todos figuran honrosamente prendidos en el pendón que preside y representa a la ciudad.
Marta y Ramón deciden regresar a Madrid, mientras Miguel y yo seguimos nuestro peregrinar por la urbe, dirigiéndonos hacia el Convento de Santa Teresa, venir a Avila casi es obligado visitar a la Santa; ("Vivo sin vivir en mi y tan alta vida espero que muero por que no muerto") ; ver su huerto, su oratorio y su dedo incorrupto (¿), forman parte del ritual del circuito turístico.

Encaminamos ahora nuestros pasos hacia la Plaza del Mercado Grande, hoy llamada también Plaza de Santa Teresa, con la iglesia románica de San Pedro al fondo, de la que cabe destacar el rosetón de la fachada principal del más puro estilo cisterciense, la puerta con cinco arquivoltas sin decoración de ningún tipo nos habla de un románico austero del siglo XII, la puerta norte también con cinco arquivoltas pero más decoradas quizás sea la más interesante de los tres accesos al templo. La iglesia es de planta de cruz latina rematada en una cabecera de tres ábsides escalonados. Interesante monumento.


Las campanas del reloj de la Catedral nos sorprenden con sus graves y pausados tañidos diciéndonos que ya son las 7,30 de la tarde, hora de "vísperas", hora de recogimiento.

Dejamos transcurrir un buen rato, ahora si disfrutando de una extraordinaria temperatura, en una terraza frente a esa muralla casi milenaria, símbolo eterno de esta ciudad de "Cantos y Santos", llegando a la conclusión que el día había resultado satisfactoriamente completo, sin prisas, pausado, pero eso si disfrutando a tope en cada instante de lo mucho que esta ciudad ofrece en los innumerables rincones que tiene, y poniendo una vez más de manifiesto, esa máxima mía que hoy tiene más validez que nunca, "que el que carece de inquietudes está abocado a la apatía y al aburrimiento". Es un problema, un verdadero problema muy común en la sociedad actual y que solamente se soluciona con iniciativas ilusionantes capaces de despertar del letargo que produce la molicie y la incuria precursoras indefectibles de la desidia y del abandono. Nosotros no nos lo podemos permitir, todavía nos quedan muchísimas cosas que ver y con las que ilusionarnos. Verdad que si, Miguel.

Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA.





lunes, 28 de septiembre de 2009

AYLLON (SEGOVIA), SAN ESTEBAN DE GORMAZ, EL BURGO DE OSMA Y EL CAÑON DEL RIO LOBOS, (SORIA). MIS VIAJES POR ESPAÑA.

No sabría decir exactamente cual ha sido el principal motivo que me animó a realizar este viaje. En un principio pensé en El Burgo de Osma, (Ciudad de Osma), que desde el año 1997 en que se celebró allí la sexta edición de las Edades del Hombre no había vuelto a visitarla sin prisas y la verdad es que me apetecía disfrutar de nuevo de esta bellísima ciudad. También Ayllón y San Esteban de Gormaz y como no el Cañón del Río Lobos donde hacía más de diez años que no me dejaba caer por allí. Cualquier sitio de los citados era suficientemente atractivo para la excursión que programé de la noche a la mañana. Si uno de estos lugares tiene una cosa singular y bella, el otro también y no digamos el otro y el otro, así que realmente no sabría con cual quedarme a la hora de hacer una evaluación. La elección fue hecha puramente al azar. Pero lo que si tengo claro es que la improvisación a veces resulta de lo mas exitosa y eso fue lo que me pasó el día 25 de Septiembre del 2009, fue un día completo de verdad, de esos que cuando vuelves de regreso a tu casa te sientes agotado físicamente pero al mismo tiempo muy satisfecho por lo bien que lo has pasado y lo interesante que ha resultado.
En esta ocasión no tuve compañía por falta de previsión, para que alguien me acompañe entiendo yo que es preciso avisar cuando menos con un par de días de anticipación a los muchos amigos que me han dicho que les gustaría acompañarme en uno de estos viajes de un solo día, es decir salir de Madrid por la mañana y regresar por la noche. Como todo fue improvisado me pareció improcedente avisar a nadie, ni siquiera a mi esposa que tan buena disposición tiene siempre para este tipo de aventuras. El próximo viaje, que todavía no se ni a donde ni cuando lo haré, espero hacer las previsiones con la debida anticipación para buscarme una buena compañía, bueno eso es lo que pienso ahora, cuando llegue el momento ya veremos.
Autopista del Norte (A-1), 10,30 de la mañana, (tampoco hay por que madrugar mucho), con un día soleado sin una sola nube, típico del "veranillo de San Miguel", con una agradable temperatura y con la moral a tope, me dirijo en primer lugar a ese bello pueblo medieval llamado Ayllón, que circunstancialmente ese día estaba en fiestas. La villa de Ayllón, según el historiador Modesto Lafuente del siglo XIX, la fundaron los vacceos, pobladores celtibéricos del siglo III antes de Cristo, aunque esta teoría ni es fidedigna ni está totalmente demostrada. Lo que si es verídico es que este pueblo tuvo una importancia vital en la época romana, musulmana y desde su reconquista en el siglo XI por parte del reino de Castilla, fue un notable enclave hasta el siglo actual. El Señorío de Ayllón estuvo siempre ligado a la más alta nobleza, de tal modo que Doña Berenguela, madre de Fernando III el Santo y Doña Violante, esposa de Alfonso X el Sabio, fueron Señoras de Ayllón así como Fernando de Antequera que fue rey de Aragón tras el acuerdo del Compromiso de Caspe, también fue Señor de Ayllón. Pero si alguien forma parte de la historia de Ayllón es sin lugar a dudas Don Álvaro de Luna que pasó parte de sus destierros y largas temporadas por estos pagos y que fue nombrado Condestable de Castilla, Conde de San Esteban de Gormaz y Señor de Ayllón por el rey Juan II de Castilla, que depositó en el toda su confianza y con el que además compartía una gran afición cinegética que practicaba frecuentemente por esta zona; pero su extremada ambición y sobre todo las intrigas palaciegas y eclesiásticas, precisamente por el exceso de poder que acumuló le costaron la vida en el cadalso en Valladolid en el año 1453 cuando contaba la edad de 63 años.
Como monumentos más interesantes hemos de citar el castillo que fue destruido en el año 1295 y del que solo queda una torre a la que se le llama La Martina, en recuerdo a la iglesia de San Martín que estuvo ubicada en este mismo lugar. En la Plaza Mayor destaca la iglesia románica de San Miguel con un corredor porticado de dos alturas y un ábside con unos canecillos decorados muy interesantes aunque un poco deteriorados.



El Ayuntamiento un edificio relativamente moderno pero perfectamente ambientado con el estilo medieval de la plaza. A escasos metros, la iglesia de Santa María la Mayor, iniciada en el siglo XVII y finalizada a comienzos del XIX. El Palacio de los Contreras con una fachada gótica isabelina de gran belleza, de finales del siglo XV. Aunque a fuer de ser sincero, lo realmente interesante de Ayllón es su conjunto urbano que los ayllonenses y sus regidores, no han permitido que con el paso del tiempo perdiese su encanto primitivo y su inigualable estructura medieval, algo que merece un reconocimiento por parte de todos los que frecuentemente nos acercamos a visitar este pueblo tan maravilloso.
Siguiendo la carretera en dirección a Soria, llegamos a San Esteban de Gormaz, otro interesante pueblo que desde la carretera no ofrece lo que realmente es, por eso es preciso detenerse y caminar por él hasta la Plaza Mayor porticada y seguir hasta la parte alta donde están las ruinas del castillo medieval que lo preside todo desde lo alto de una atalaya. El antiguo trazado urbano tiene el sabor de los pueblos característicos de Soria, de la Baja Castilla, en los que parece como si el tiempo se hubiese detenido.




Cerca de la plaza está la iglesia de San Esteban aneja a lo que fue antiguamente un monasterio y hoy convertido en un importante centro hotelero. En la parte alta de la villa me sorprende gratamente la iglesia de San Miguel, de estilo románico del siglo XI, posiblemente una de las primeras manifestaciones artísticas de este estilo en la provincia de Soria y seguramente en toda España; una galería porticada de siete arcos de gran belleza nos hablan de la magia del número siete como número de la perfección, número de la creación y como una posible alusión a las siete primeras iglesias del cristianismo. La iglesia de Nuestra Señora del Rivero, románica del siglo XII, que igualmente tiene una galería porticada con nueve arcos de medio punto realmente interesantes. Dice el refrán "que más vale llegar a tiempo que rondar un año", y que cierto es ya que ese día aprovechando que estaban dos restauradoras con el párroco me permitieron ver unas pinturas recientemente descubiertas que representan un Calvario interesantísimo y en bastante buen estado.




Me autorizaron hacer unas fotografías para mi propio archivo, posiblemente se hayan hecho muy pocas de este motivo hasta el momento.
Desciendo desde lo alto del pueblo el cual me ofrece nostálgicas estampas que tenía medio olvidadas, señoras sentadas en sillas de enea a la puerta de sus casas en amena conversación supongo que hablando de sus cosas, pero que cuchicheaban y me miraban extrañadas por mi parsimonia y mi obstinada insistencia en ver todos y cada uno de los rincones del pueblo, pero cuando pasaba por su lado se hacía el silencio, yo les daba las buenas tardes y todas la unísono repetían "muy buenas", y al mismo tiempo me brindaban una amable sonrisa como respuesta a mi educado saludo.
Sigo por la carretera de Soria hasta la ciudad de El Burgo de Osma, (Ciudad de Osma), la cual merece un sinfín de elógios sobre todo lo que intramuros encierra.



Nada más avistar la ciudad, despunta la espadaña de la Catedral entre chopos y álamos que en estas fechas empiezan a manifestar el amarillento color de sus hojas que anuncian el balbuciente inicio del otoño.
De El Burgo de Osma difícilmente se pueden hacer calificaciones por separado, todo el conjunto en si es extraordinario. Me detengo fuera del casco antiguo y por la Calle Mayor porticada, prohibida a la circulación, (que gran idea eso de las calles peatonales), me dirijo hacia la Catedral, pero antes tengo que cruzar la Plaza Mayor y en ella me detengo; ya que se trata de un lugar celosamente cuidado y con un mobiliario urbano digno de la mejor ciudad del mundo, una plaza flanqueada por el Este con el Ayuntamiento un edificio del siglo XVIII muy esbelto y muy bien conservado, enfrente en el Oeste el Centro Cultural San Agustín, que en su día fue un hospital con el mismo nombre, el lado Norte conserva su construcción porticada que le dan un aspecto señorial y antiguo a todo el conjunto de la plaza. Siguiendo la Calle Mayor muy cerca de la Catedral, a mano derecha me encuentro el Palacio Episcopal del que me llama la atención sobre todo la puerta polilobulada de estilo tardogótico, unos cuantos metros más y desembocamos en una plaza donde la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción minimiza al resto de las construcciones. Impresionante monumento de estilo gótico que inició su levantamiento en el siglo XIII sobre otro de estilo románico que había anteriormente. La fachada como ya hemos dicho es gótica, pero se aprecian en ella diversos añadidos de estilo renacentista y una torre barroca del siglo XVIII cuyo conjunto resulta de una gran categoría arquitectónica. El interior de la Catedral es todo un compendio de obras maravillosas que hace que uno se eternice en la visita hasta que los vigilantes te avisan que ya es la hora de cerrar. El año 1997 esta Catedral albergó la quinta edición de las Edades del Hombre, por algo sería. Sabiendo que me dejo muchas cosas interesantes sin citar, traigo a esta página algunas de las que recuerdo con más nitidez: El sepulcro de San Pedro de Osma, gótico que conserva la policromía original en columnas y bóveda, uno de los monumentos funerarios más singulares e importantes de toda España, situado en el centro de la Sala Capitular de la antigua catedral de estilo románico de transición al gótico de gran valor artístico. El siglo XVI nos ha dejado su impronta en las obras siguientes: El Claustro de estilo tardogótico, la Capilla Mayor con un retablo de Juan de Juni y la Capilla de San Pedro de Osma con una bella escalinata y una portada que dejan entrever una clara similitud con la Escalera Dorada de Gil de Siloé de la Catedral de Burgos. Tal fue la importancia e influencia que tuvo este obispado, que durante el reinado de Carlos III en el siglo XVIII, consumados maestros como Maella, Sabatini y Villanueva entre otros dejaron huella de sus obras en esta Catedral. Así un Códice Beato que recopila comentarios del Apocalipsis del Beato de Liébana, y el Cristo del Milagro una escultura románica de la que dice la leyenda que en el siglo XIII brotó sangre de su frente, y los retablos manieristas de Juan de Juni y un gran Museo Catedralicio y Diocesano en el que se pueden admirar una magnífica colección de arte sacro, pusieron punto final a mi visita catedralicia.
El Asador Marcelino, me sorprendió con sus platos típicos con una gran dosis de buen colesterol, como Dios manda, pero sabrosos de verdad. Recomendable sitio tanto por el ambiente como por la calidad de su cocina tradicional y casera.
A 17 kilómetros por la carretera de San Leonardo de Yagüe, me dirijo hacia Ucero y al Cañón del Río Lobos, un Parque Natural producto de la erosión del río sobre este terreno calizo, en el que se forman múltiples grutas y cuevas de aspecto muy vistoso y original. Una frondosa vegetación de sabinas y enebros entremezclada con el pino típico de la zona y los esbeltos chopos a las orillas del cauce, conforman todo ello un bello panorama con un aspecto muy pintoresco. Si mal no recuerdo los responsables del Parque ofrecen 15 rutas distintas para la práctica del senderismo y poder así admirar los bellos paisajes del Cañón del Río Lobos.
De las muchas cosas interesantes que nos ofrece el Parque Natural, destaca sobre todas la ermita de San Bartolomé, que posiblemente en su época formara parte de un monasterio templario, aunque esta versión no está totalmente corroborada.




La ermita se ubica en un lugar bellísimo y al mismo tiempo misterioso. Se atribuye a los Templarios que en su día calificaron este lugar como "uno de los centros neurálgicos del mundo", los otros serían Montsegur (último reducto cátaro) y el otro Jerusalén. No se si será cierto, pero la verdad es que aquí se percibe una extraña sensación espiritual difícil de explicar. Recomiendo visitar este sitio solo o en compañía de alguien que comparta un entusiasmo común en la materia, (no hace falta que sea un místico), eso si que sea un poco receptivo, y notará como a última hora de la tarde cuando los rayos del sol empiezan a declinar su luz y su brillo en el limitado horizonte que permiten los paredones calizos, le invade a uno la extraña inquietud de que como si algo no controlable flotase a tu alrededor. ¿Quizás mágico?. Pudiera ser.
En la iglesia de San Bartolomé de estilo románico tardío, (siglo XIII), con claras influencias cistercienses hay que destacar la portada sur, única entrada actual con seis arquivoltas apuntadas que nos anuncian la inmediata aparición del gótico, unos canecillos de variada talla simbólica muy interesantes y como curiosidad extrema los "ojos de buey", (óculos) situados en los hastíales del crucero norte y sur, en los que se aprecian como adorno fundamental de ambos la "estrella de David" de cinco puntas, prueba inequívoca de la influencia de los sufíes sobre la Orden del Temple en su estancia en Tierra Santa.





Para acceder a este bello paraje, es necesario dejar el coche en un aparcamiento habilitado para ello, situado a unos 2 kilómetros de la ermita, algo que me parece extraordinario, ya que de este modo solamente se acercan a este lugar aquellos que tienen interés o bien por el monumento o por el paisaje en si. Cualquiera de las inquietudes es loable y válida. Los domingueros de bocadillo en bolsa de plástico y lata de Coca Cola, que dicho sea de paso las dejan tiradas en cualquier parte, mejor que se queden en otros lugares preparados para este tipo de excursionistas, respetables como no, pero un poco ruidosos para un sitio como este que invita a la paz, y por si fuera poco no paran de hacer alarde de su dudosa importancia hablando a grito pelado por sus móviles como si todo fuera urgente y no pudieran esperar a salir de aquí, y lo que es peor aún, una total carencia de sensibilidad y del más mínimo y elemental principio de urbanidad colectiva y social, al permitir como algo muy normal que sus hijos jueguen con balones contra los muros de la iglesia como si de un frontón se tratara.
El sol había cedido en su intensidad y en las hojas otoñales de los chopos dejaba caer mansamente sus últimos rayos que se filtraban entre el denso follaje, lo que me permitía ver a las laboriosas abejas libar el néctar de las últimas flores del estío. Los 2 kilómetros de regreso fueron de un caminar lento y pausado, parándome cada pocos metros para quedarme extasiado observando como en las tranquilas aguas del río Lobos unas hojas similares a los lotos flotaban como si se tratase de la viva estampa de un paisaje del lejano oriente.
Cuando de regreso llegué a Ucero eché una última mirada hacia atrás, y aunque la retina la llevaba repleta de bellos paisajes del río Lobos, algo interiormente me avisaba que había dejado pendientes de ver bastantes más cosas que las que había visto, así que hice votos de promesa para volver a la primera ocasión que se me presente. Espero no tardar otros diez años.
La noche había dejado caer su manto oscuro sobre esta dura y mágica tierra castellana. La carretera serpenteante va dejando atrás El Burgo de Osma, San Esteban de Gormaz y Ayllón, en busca de la autopista A-1, que alcanzó una vez pasado el pueblo de Riaza. Una serpiente de faros de automóviles en dirección contraria me dicen que el fin de semana ha dado comienzo, Madrid va soltando a cuenta gotas a todos aquellos que van en busca del aire puro de estas tierras. Yo me apresuro en llegar a la capital para estar con los míos. El fin de semana entre otras cosas lo aprovecharé para recordar secuencialmente el día tan maravilloso que he pasado por estas tierras de Segovia y Soria.
Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA.

jueves, 24 de septiembre de 2009

SORIA. MIS VIAJES POR ESPAÑA.

Soria capital de provincia, perteneciente a la Comunidad Autónoma de Castilla y León, la de los "Doce linajes" que comprometía a los reyes de Castilla la entrega de "cien pares de armas y escudos" a los "Caballeros de Soria", privilegio concedido por el rey Alfonso VIII. Situada geográficamente en el Alto Duero. Entra de lleno en la historia en la época de la dominación romana, aunque algunos historiadores afirman que su nombre deriva de un capitán griego llamado Dórico que al mando de un contingente de soldados se asentó en este lugar fundando la ciudad con el nombre de "Oria", lo cual nos llevaría a la conclusión de que Soria fue fundada por los "dorios", tribu griega oriunda de la región del Peloponeso, aproximadamente en el año 1200 antes de Cristo.
En el extraordinario marco de la Concatedral de San Pedro de Soria, la decimoquinta edición de las Edades del Hombre abrió sus puertas el día 12 de Mayo del actual año 2009, y las mantendrá abiertas hasta el mes de Diciembre. Esta edición se la denomina y titula muy acertadamente "Paisaje interior".
Se dice que esta puede ser la última edición de las Edades del Hombre, lo cual sería verdaderamente imperdonable. La brillante idea que un día tuvo el sacerdote D. José Velicia allá por el año 1.988 para llevar a cabo esta exposición temática sobre el arte sacro, no puede ni debe desaparecer, sería imperdonable. El que fue motor, "alma mater" y Comisario General de todas las ediciones hasta su muerte en 1.997, no nos lo perdonaría jamás. Aparte de que todavía quedan otros muchos lugares en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, interesantes para albergar otras ediciones, (Aranda de Duero, Sahagún, Santa María de Huerta, Carrión de los Condes, Villafranca del Bierzo, etc.), también podría hacerse extensiva a otras Comunidades copiando la idea original y acercando a todo el que lo desee la posibilidad de admirar la gran cantidad de arte sacro que tenemos en España fundamentalmente en manos de la iglesia. Maestros de la pintura, de la talla, de la orfebrería, de la imaginería, del bordado con hilo de oro, de la fundición y de la construcción se deben acercar al ciudadano para que se sensibilice con estas expresiones artísticas.
Creo interesante recordar para que jamás se olviden, las ediciones anteriores a la de Soria, así como la ciudad en la que se celebró, el año y su denominación:
Edición: I. (1988/1989)
Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. (Valladolid).
"El arte en la iglesia de Castilla y León".
Edición: II. (1990)
Catedral de Santa María. (Burgos).
"Libros y documentos de la iglesia de Castilla y León".
Edición: III. (1991)
Catedral de Santa María de Regla. (León).
"La música en la iglesia de Castilla y León".
Edición: IV. (1993/1994)
Catedral Vieja de Santa Maria y catedral Nueva de la Asunción. (Salamanca).
"El contrapunto y su morada".
Edición: V. (1995)
Catedral de Nuestra Señora. (Amberes - Bélgica).
"Flandes y Castilla y León".
Edición: VI. (1997)
Catedral de la Asunción. (El Burgo de Osma - Soria).
"La ciudad de seis pisos".
Edición: VII. (1999)
Catedral de San Antolín. (Palencia).
"Memoria y esplendores".
Edición: VIII. (2000)
Catedral de Santa María. (Astorga - León).
"Encrucijadas".
Edición: IX. (2001)
Catedral de El Salvador. (Zamora)
"Remembranza".
Edición: X. (2002)
Catedral de San Juan el Divino. (Nueva York - EE.UU.).
"Time to Hope".
Edición: XI. (2003)
Catedral de Santa María. (Segovia).
"El árbol de la vida".
Edición: XII. (2004)
Catedral de El Salvador. (Avila).
"Testigos".
Edición: Fuera del ciclo de las Edades del Hombre. (2005).
Catedral de la Almudena. (Madrid).
"Inmaculada".
Edición: XIII. (2006)
Catedral de Santa María. (Ciudad Rodrigo - Salamanca).
"Kyrios".
Edición: XIV. (2007)
Basílica de la Encina. (Ponferrada - León).
"Yo, Camino"
Edición: XV. (2009)
Concatedral de San Pedro. (Soria).
"Paisaje interior".
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Mientras quede un resquicio de sensatez y cordura en las mentes de los responsables de la cultura de este país, su obligación, y digo bien su obligación, es tomar el testigo y proseguir la iniciativa de aquellos que antes asumieron esta responsabilidad, siguiendo el camino que nos marcaron. Que no nos cuenten historias ni extrañas "milongas" diciendo que no hay dinero para estas cosas, sería una falacia, una mentira y una gran falsedad. Si hay fondos para cualquier propuesta pseudocultual de "tres al cuarto", ¿como no va haberlos para una idea tan genial, extraordinaria y brillante como las Edades del Hombre?.
Me desgañito y se me retuerce hasta el alma solo en pensar que con la edición de Soria se acaben para siempre las Edades del Hombre. No lo entiendo, por mas que lo intento no llego a comprender que algo tan serio y tan relevante como esta idea, que tomó forma hace ahora veintiún años, se deje de celebrar por falta de presupuesto o que nos digan que no hay personas capaces de poner en marcha toda la complejidad que este tipo de eventos conlleva. ¡No puedo creerlo, me parece imposible!. ¿Como no va haber gente capacitada y suficientemente profesional para organizar, controlar y hacer que funcionen estas actividades?.
Reconozco que soy un verdadero "forofo" de esta clase de acontecimientos y exposiciones, pero también es bien cierto que en todas las ediciones que he visitado, que han sido concretamente trece, he visto personas que en un principio no parecían estar muy interesadas, pero a medida que iban avanzando y escuchando a los guías o a meros acompañantes que les explicaban con mas o menos profundidad lo que allí se exponía, su semblante se iba transformando y se les veía con verdadero interés seguir los comentarios y explicaciones de los expertos.
¡¡Por favor, seamos de una vez por todas un país serio y no tiremos por la borda algo tan importante como las Edades del Hombre!; algo que ha costado tantos años y tantos desvelos su implantación, y que por su enorme categoría ha trascendido allende nuestras fronteras como uno de los más importantes motivos turísticos y culturales, que nos ha traído millones de visitantes, y que ahora tenga que desaparecer por falta de previsión y de solvencia!!. ¡Que barbaridad!.
No quiero caer en "chauvinismo", pero este tipo de exposiciones ningún otro país podría llevarlas a cabo, precisamente por que no tienen ni la cantidad ni la calidad de arte sacro tan variado como el que atesoramos en España, si lo tuvieran ¿creen que no hubiesen copiado ya la idea?, seguro que si, por eso tenemos que aprovechar esta oportunidad única de ir por delante de los demás y no perder como en otras muchas ocasiones el tren de la historia.
Bueno vayamos a la cuestión de nuestra visita, que es lo que me motivó a escribir estas páginas, después eso si de haber reiterado por activa y por pasiva mi súplica y mi angustioso llamamiento a quien proceda para que sigamos disfrutando los años venideros de nuevas ediciones de esta magna exposición itinerante de arte sacro, que acertadamente su promotor inicial tuvo la visión de denominar como las Edades del Hombre.
Mis amigos Marta y Ramón, mi esposa María Teresa y yo, decidimos visitar la decimoquinta edición de las Edades del Hombre en Soria el sábado día 20 de Junio del 2009.
Llegamos a Soria sobre las 11,30 de la mañana, aparcamos en el centro de la ciudad con el fin de pasearla y pisar esas venerables piedras que anteriormente hollaron Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado, Gerardo Diego y otros muchos insignes personajes que transmitieron sus pensamientos con la palabra y que también un día plasmaron con sus plumas en blanco papel las más bellas rimas poéticas que el hombre haya podido componer, como si de una sinfonía musical se tratara.
Callejeando por calles peatonales celosamente cuidadas llegamos a la Concatedral de San Pedro, joya de la arquitectura románica y con verdadera avidez entramos a visitar y observar en detalle todo aquello que consideramos de interés en esta edición titulada "Paisaje interior". Mas de dos horas y media duró la visita y al final el cansancio y el apetito empiezan aparecer y hacer mella en mis acompañantes. Procuro escabullirme entre las distintas salas cargadas de arte tratando de alargar la visita un poco mas, al final no me queda mas remedio que ceder ante la presión de la mayoría y damos por finalizada la visita.
No quiero dejar pasar esta ocasión sin reseñar algunas de las obras que a mi personalmente me causaron gran impresión. Citarlas todas sería prácticamente imposible, pero si señalaré algunas de ellas: Nada mas entrar, un cuadro de Joaquín Sorolla, "Paisaje de Soria" nos da la bienvenida, otro de Pedro Machuca, "San Pedro de Osma", una "pila bautismal" en forma de cruz calada de autor anónimo posiblemente del siglo XI, un artesonado mudéjar bellísimo también de autor desconocido, un retablo de un Santiago Matamoros del siglo XV que tampoco se conoce la autoría del artista, una curiosa Virgen dando el pecho, posiblemente del siglo XIV igualmente de autor ignoto, un Cristo yacente extraordinario de Gregorio Fernández, una "Piedad" de un misterioso maestro del siglo XV y el retablo de San Nicolás o San Miguel obras de la propia Concatedral de Soria, así como un sinfín de otras muchos detalles tales como: Cálices, patenas, custodias, tallas, pinturas, cruces, relicarios, trípticos, andas procesionales y el curioso mobiliario repujado, son algunas de las importantes obras que se pueden admirar en este magnífico marco.
Casi a empujones me tuvieron que sacar de allí mis amigos y mi mujer, tachándome incluso de "pesado"; en parte tenían razón, reconozco mi entusiásmo a veces enfermizo ante estas cosas que a mi personalmente me resultan maravillosas, sin reparar que a veces las ilusiones y los gustos de uno mismo no son compartidos con el mismo énfasis por los demás.
El restaurante Mesón Castellano situado en la Plaza Mayor, hizo gala de su merecida fama y nos dispuso un suculento y opíparo almuerzo regado con un excelente vino de Ribera del Duero, que por aquello de hacer honor a este literario río del que los muchos poetas que por aquí pasaron fueron dejando constancia de su fuente de inspiración, pusimos fin a esta inolvidable velada culinaria.
Antes de abandonar Soria, es imprescindible ver tres monumentos emblemáticos, y que lógicamente visitamos: El Monasterio de San Juan del Duero, obra maestra de la arquitectura soriana.






El Claustro de estilo románico puro y románico de transición con notables influencias del arte musulmán, del cual es imposible de hacer una descripción total de su belleza sin par, hay que verlo y quedarse embelesado durante un buen rato disfrutando de la arquería de arcos entrecruzados y la de arcos túmidos en forma de herradura apuntada, que enmarcan el claustro al aire libre y que un día formaron parte de un importante monasterio templario y hospitalario.


La iglesia de estilo románico con dos baldaquinos en su interior, el de la Epístola y el del Evangelio, con unos capiteles historiados y una talla tal perfección que difícilmente se pueden encontrar en lugar alguno.



La iglesia de Santo Domingo de estilo románico, que sufrió en su interior las influencias del Renacimiento tardío del siglo XVI, pero su fachada es de una belleza inusitada en la que cabe destacar los dieciséis arquillos ciegos, ocho a cada lado de la portada en dos alturas y un rosetón románico central en la parte superior dividido en ocho partes con sus cristaleras correspondientes. Pero lo mas valioso en mi opinión es la parte central con la puerta de acceso al templo, con cuatro arquivoltas y sus dovelas talladas extraordinariamente, en una de ellas se ven los 24 Ancianos del Apocalipsis, en otra los Santos Inocentes y Herodes, en otra acontecimientos evangélicos y en la otra la Pasión y Resurrección de Cristo.


En el tímpano sobre la portada, un Pantocrátor con el Padre que tiene a Cristo sentado sobre sus rodillas, ambos en posición mayestática dentro de una mandorla y acompañados de cuatro ángeles y de la Virgen y San José.
La ermita-cenobio de San Saturio, patrono de Soria, con una iglesia de base octogonal con cúpula de ocho elementos y linterna, construida por los Templarios a orillas del río Duero, en un paraje realmente paradisíaco. Merece la pena acercarse hasta este bello lugar.
El día ha sido agotador, una sola jornada para ver tantas cosas es un poco atropellado y agobiante, pero como dice el refrán "sarna con gusto no pica", y lo cierto es que del cansancio se recupera uno con unas horas de descanso, pero lo que si hubiese sido irrecuperable es haber estado en esta bendita Soria, a la que tantos y tantos poetas cantaron y no haber disfrutado de todas las maravillas que nos ofrece en cada uno de los rincones, eso si que sería imperdonable.
Cae el sol y la mortecina tarde invita a un tranquilo paseo. Nosotros volvemos a la vorágine de la Villa y Corte, la paz queda atrás, Soria nos la ha ofrecido generosamente durante unas horas inolvidables.
Dejamos atrás esta ciudad que te prende cuando la visitas, donde el arte te embriaga en cada esquina y el cariño de sus gentes abiertas y generosas te cala en lo más profundo del corazón. Hasta siempre Soria, hasta siempre.
Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA

lunes, 21 de septiembre de 2009

UNA ZONA DE LA GALICIA INTERIOR, Y UNA PARTE DEL CAMINO DE SANTIAGO ENTRE SAHAGUN Y FROMISTA. (MIS VIAJES POR ESPAÑA)

Es domingo día 13 de Septiembre del 2009, son las 11,30 de la mañana, salimos de Madrid mi mujer María Teresa y yo con destino a Galicia, concretamente a Puebla de Trives en la provincia de Orense, pueblo donde nací y que en estas fechas celebra sus fiestas patronales. Al margen de nuestra inquietud viajera, otros móviles nos impulsan a ponernos en camino. Todos y cada uno de ellos importantes en la medida que uno quiera valorarlos.
Han transcurrido poco mas de dos horas de viaje y nos detenemos en Benavente, en el Restaurante El Ermitaño a degustar las exquisiteces a las que nos tienen acostumbrados y que cada día que pasa nos sorprenden con sabrosísimos platos que por lo novedoso y elaborado de los mismos superan a los que conocemos de siempre.
Llegamos a nuestro destino sobre las nueve de la noche; cena con nuestros entrañables amigos Maru y Juan que nos informan de los últimos acontecimientos ocurridos en el pueblo y a pernoctar en este acogedor Hostal La Viuda, que nos evoca recuerdos y gratísimas vivencias de antaño.
Día 14 de Septiembre, hoy nuestra nieta Candela va por primera vez al colegio, importante fecha, así que por la mañana acompañamos a nuestros hijos Maritere y Jaime en el Barco de Valdeorras para asistir a este acontecimiento familiar que tan gratamente nos hace vibrar en nuestra condición de abuelos. Hasta un suceso tan trivial nos moviliza, sin importarnos ni la distancia, ni el día, ni la hora. ("A los hijos se les da la vida, a los nietos se les da el alma"). Mientras Candela trajina en su labor escolar, acompañados de nuestra hija nos vamos a visitar el Monasterio de Xagoaza, un bello lugar situado a escasos kilómetros de la villa valdeorresa. Se trata de una construcción de estilo románico que fue restaurada no hace muchos años, creo que por iniciativa de la empresa hidroeléctrica Fenosa, la cual ha sido hecha con gran acierto y sobre todo con mucho cuidado a la hora de mantener su estilo primitivo sin caer en el error de aplicar en exceso influencias que no han tenido nada que ver con lo que inicialmente fue. En lo que siglos atrás fueron instalaciones propias del Monasterio, hoy son unas bodegas donde se elaboran sabrosos vinos, que según nos indicaron, tienen gran predicamento en lo que a su técnica se refiere en otros países, concretamente ese día había un grupo de enólogos finlandeses aprendiendo métodos que allí se dominan y desarrollan con gran pericia.
Por una estrecha carretera serpenteando la falda de los montes circundantes que delimitan el fértil Valle de Valdeorras, nos dirigimos ahora hacia la zona de La Rúa, otro importante pueblo valdeorrés a orillas del río Sil, y concretamente a unas antiguas bodegas llamadas "A Coroa", en las que se elabora un excelente vino blanco en la calidad de "godello", que su propietario llamado Roberto Fernández mima como a la "niña de sus ojos". Aunque no soy ningún entendido en la materia, por el entusiásmo en las explicaciones, por los amplios conocimientos que tiene y por su apasionada profesionalidad, necesariamente el resultado de la elaboración tiene que ser óptimo, hecho que corroboran expertos que conocen el buen hacer de esta bodega. Tal es así que las excelencias de sus caldos son reconocidas en mercados tan dispares como el norte de Europa y los EE.UU., donde mantienen abierta una clientela fiel desde hace varios años.
El 15 de Septiembre, jornada de relax y tranquilidad, disfrutando del entrañable contacto de la familia, que siempre te hacen el día "la mar de agradable", entre el Barco de Valdeorras por la mañana y Puebla de Trives por la tarde y noche, como siempre en torno a mesas en las que saboreamos exquisitas viandas sabiamente preparadas, y sobre todo con personas que tienen mucho en común con uno, el día fue pasando satisfactoria y placidamente.
El día 16 de Septiembre, en compañía de los mejores amigos que tenemos en esta tierra, Maru y Juan, nos acercamos a almorzar el restaurante Galileo, a escasos kilómetros de Orense capital, donde mi buen amigo Flavio, un italiano mago en el arte de los fogones, asentado desde hace años en esta tierra, fiel a su tradición y a su fama, nos regaló sabores de alta cocina que pocos como el saben hacerlo.



Finalizado el ágape nos dirigimos al Monasterio de San Esteban de Ribas del Sil, hoy convertido en Parador Nacional de Turismo y que en su día albergó una comuna de monjes benedictinos. Su construcción se inició en el siglo X y finalizó avanzado el siglo XVIII. Varios estilos conforman este espectacular monumento ubicado en plena Ribeira Sacra, donde el románico, el gótico y el renacentista se conjugan a la perfección mostrándose generosamente en los tres claustros así como en una fachada barroca de gran belleza. La iglesia es románica del siglo XII y XIII, pero a lo largo de los años sufrió importantes modificaciones, por ejemplo la mezcolanza artística de la propia fachada obra del siglo XVII y XVIII, pero en definitiva edificaciones aparte, el conjunto en si forma un todo realmente esbelto y de gran prestancia. Seguimos en la Ribeira Sacra, una zona eremítica posiblemente de las mas importantes de la geografía española, dirigiéndonos ahora al Monasterio de Santa Cristina de Ribas del Sil, situado en el ayuntamiento de Parada del Sil, obra significativa donde las haya del estilo románico en Galicia.

En su día fue un importante cenobio convirtiéndose posteriormente en un Monasterio benedictino que alcanza su mayor explendor y prosperidad entre los siglos XII y XVIII, hasta que en el siglo XIX con la "desamortización de Mendizabal" fueron exclaustrados sus monjes, pasando a manos privadas que lo utilizaron para la explotación agropecuaria, deteriorándose año trás año hasta llegar a un estado lamentablemente ruinoso. La restauración que se acometió hace unos años, se ha hecho con muy buen criterio, manteniendo a la vista del visitante todos los detalles arquitectónicos de interés. Desde aquí aprovecho la ocasión y quiero manifestar mi repulsa y rechazo a esos "salvajes" que en vez de gratificarse contemplando esta extraordinaria belleza, se dedican a dejar sus nombres grabados en paredes y dinteles así como sus inmundos excrementos, como seña de identidad de su barbarie y de una carencia absoluta de la más mínima educación, sensibilidad y civismo.
Desde un improvisado mirador contemplamos el famoso Cañón del Sil, donde el río del mismo nombre va encajonado entre fértiles viñedos que un lejano día abastecieron de vino a la imperial Roma. Pueblecitos incrustados en el agreste paisaje de esta Ribeira Sacra, tales como Amandi, Cristosende, Abeleda, etc. aparecen a la vuelta de cada recodo de la carretera que discurre sinuosamente a todo lo largo de este valle de una belleza paisajística sin igual.
A la caída de la tarde entre castaños y robledales Galicia nos muestra su verdadero encanto, vestida con su manto rabiosamente verde que lo cubre todo, salvo algunos chopos que nos apuntan con el color rojizo pardo de sus hojas la cercanía del otoño.
Nuestra estancia toca a su fin, el día 17 de Septiembre por la mañana dejamos no sin cierta nostalgia nuestra querida tierra gallega. La despedida de la familia y de los amigos siempre produce afligimiento y deja un sabor agrio, y aunque hacemos votos de regresar en un plazo breve, el abatimiento y la melancolía hacen mella en nuestros corazones. ¡Que tristes son las despedidas!.
Ya de regreso nos detenemos en el Santuario de Nuestra Señora de la Peña, en Congosto, situado en una atalaya desde la que se domina un amplio paisaje de todo el Valle del Bierzo. Una iglesia restaurada, que en su día fue un importante enclave y monasterio de la Orden del Temple que visitamos con interés, y a continuación un estupendo almuerzo en el restuarante que forma parte del complejo hotelero situado en la cima del monte, pone fin a nuestra corta e interesante estancia berciana.
Encaminamos ahora diligentemente nuestros pasos hacia un punto importante del Camino de Santiago, concretamente a Sahagún, donde visitamos a nuestros amigos Julio del Corral Font, su hija Leonor y su yerno Antonio. Mi mujer nos los conocía y quedo impresionada por su cordialidad y las entrañables muestras de amistad que nos profesaron. Nos enseñaron su residencia, la "Casona de San Benito", una joya donde importantes vestigios de construcciones mudéjares le dejan a uno realmente impresionado. Un amplísima e interesante biblioteca, vestidos de varias épocas, antiguo mobiliario, lámparas y un sinfín de singulares e interesantísimos detalles pusieron fin a una grata e inolvidable velada. Siempre que paso por Sahagún, mis sentimientos de amistad se sienten gratificados al visitar a esta extraordinaria familia. Es todo un lujo tener amigos así.
Por suerte y algo de influencia, tuvimos la oportunidad de asistir ese día a la "Bendición del Peregrino", un acto de gran recogimiento en la iglesia del Monasterio de las madres benedictinas donde participan conjuntamente monjas y peregrinos. Después nos enseñaron el museo del Monasterio donde amén de muchas e interesantes obras, destaca la imagen de la Virgen Peregrina, famosa talla obra de Luisa Roldán, a la que popularmente se la llama "La Roldana", y que precisamente se encuentra allí en tanto no se finalizan las obras de resturación del Santuario cuya advocación es precisamente la de este Virgen.




El día 18 de Septiembre nos desplazamos a Carrión de los Condes, pueblo famoso donde los haya, tanto por sus monumentos como por los ilustres personajes oriundos de aquí, que dejaron huella de su saber por todos los confines de la tierra: Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, poeta, el rabino Sem Tob, poeta y filósofo, Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón, virrey de Navarra, Enrique Fuentes Quintana, economista y político actual, y un largo etcétera de muchos nombres más a los que esta villa tiene a gala rendirles permanentemente su más alta consideración y respeto. ¡Como debe ser!. Entre sus monumentos sobresalen el Monasterio de San Zoilo, hoy impostante centro hotelero, en el que cabe destacar un magnífico claustro de estilo plateresco, la iglesia de Santa María de las Victorias románica del siglo XII y la iglesia de Santiago también románica del siglo XIII, ambas con unas portadas de singular belleza; esta última hoy convertida en un interesante museo que visitamos detenidamente.
Llegamos a Villacazar de Sirga, donde destaca fundamentalmente la iglesia-fortaleza de estilo románico de transición al gótico, construida por Los Templarios en el siglo XII. La puerta sur es la más importante de todos los accesos al templo, con un pórtico de un solo tramo similar a un nártex, donde hay dos portadas en ángulo recto, donde la principal consta de cinco arquivoltas con ángeles, santos y músicos y en la parte superior un friso con talla de la Virgen y el Niño, los Reyes Magos, San José y el Arcángel San Gabriel, rematando en la parte superior con un Pantocrator con Jesucristo en posición mayestática rodeado de los evangelistas y varios apóstoles.




Nos dirigimos ahora a Frómista, donde visitamos en primer lugar la iglesia de San Martín de Tours, maravilla del románico, donde este arte adquiere la categoría de sublime, la esbeltez de su trazado, la armonía de estructura, la belleza de sus torres cilíndricas y gemelas y la perfección de sus canecillos y capiteles le confieren un empaque único a esta maravilla de templo. A finales del siglo XIX y principios del XX se llevó a cabo una importante restauración la cual se hizo con verdadera profesionalidad y sobre todo con una gran pulcritud y esmero sin transformar ni obviar detalle alguno. Hoy podemos asegurar que la iglesia de San Martín de Tours de Frómista es una de los monumentos más emblemáticos y visitados de todo el Camino de Santiago.
Dentro del interés monumental que nos ofrece Frómista, merece la pena visitar la iglesia de San Pedro de estilo románico y gótico, y mismo enfrente de ella una estatua de San Telmo que fue obispo de Tuy, natural de esta villa y curiosamente siendo del interior de España y sin mar es patrono de los navegantes.
Ponemos fin a nuestra visita con un generoso almuerzo en el extraordinario restaurante Los Palmeros, donde pudimos comprobar la categoría de su cocina y las excelencias de sus platos. Al viajero que circunstacialmente se deje caer por esta villa bien a la hora de comer ó cenar, le recomiendo este lugar, donde al márgen de las excelencias culinarias, la decoración y el cálido ambiente que se respira en el, todo el conjunto en si le hará disfrutar de un momento realmente grato y distendido. Se lo aseguro.
He repetido hasta la saciedad que una buena compañía en cualquier viaje es fundamental para que el mismo resulte ameno y al mismo tiempo fructífero a la hora de observar y descubrir pequeños detalles que en muchas ocasiones se me pasan por alto. En esta ocasión mi esposa ha sido mi colega y mi camarada que se implicó mejor que nunca en cada uno de los momentos del viaje haciendo que el mismo resultase extraordinariamente atractivo e interesante. Hoy con mas de cuarenta años de matrimonio, mi esposa sigue siendo el mejor estímulo y la mejor compañera para realizar cualquier aventura ó viaje, precisamente por su capacidad de adaptación de principio a fin, como dejó constancia en todas y cada una de las visitas que propuse, por muy latosas y pesadas que a veces hubiesen resultado.
Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA.

sábado, 12 de septiembre de 2009

SIGUENZA. (GUADALAJARA). MIS VIAJES POR ESPAÑA.

SIGUENZA. (GUADALAJARA). MIS VIAJES POR ESPAÑA.

De nuevo en danza; 10 de Septiembre, año del Señor del 2009. Nuestros pasos en esta ocasión se dirigen hacia una de las ciudades medievales mas interesantes de toda España, Sigüenza, situada , en el norte de la provincia de Guadalajara. Mi collera de viajes, Miguel Rosillo y el que suscribe hemos hecho el firme propósito de emular a uno de los mas genuinos representantes de la Ilustración española, Don José Cadalso en lo descriptivo del conjunto de España en su inmortal obra "Cartas Marruecas", y en eso estamos , tratando de describir todos los paisajes que nos impresionen, monumentos que admiremos, olores que percibamos, manjares que degustemos y en definitiva sensaciones que vivamos. Miguel, como no, participa de todo y se implica en cuerpo y alma; lógicamente ven muchas mas cosas cuatro ojos que dos, de lo cual no me cabe la menor duda. Por ese motivo Miguel quiero darte las gracias por tu colaboración y sobre todo por tu agradable y amena compañía.
Bueno como decía al principio, nos vamos a Sigüenza aproximadamente a 125 kilómetros de Madrid, cuya raíz etimológica significa, "la que domina el valle", situada en la comarca del Alto Henares. La ciudad como tal tuvo importancia desde la antigüedad, se dice incluso que en la Edad del Hierro fue un enclave muy significativo, pero de lo que realmente se tiene constancia documental en lo que a su contenido histórico se refiere es desde la época romana, musulmana y alcanza su mayor esplendor en la baja Edad Media y en toda la Edad Moderna, es decir desde principio del siglo XI hasta el siglo XVIII.

Como no, lo primero que acometemos en nuestra visita es la Catedral con advocación a Santa María, con su imponente aspecto de fortaleza, una importante obra que comenzó su construcción en el siglo XII finalizando la misma bien entrado el siglo XVI, aunque sus últimos retoques y añadidos tuvieron lugar en el siglo XVIII. Sus estilos arquitectónicos cambian desde el arranque inicial en románico-cisterciense, siguiendo por el gótico con elementos neoclásicos y finalizando con barroco en la fachada oeste y en la portada principal. Durante la guerra civil española esta Catedral sufrió un gravísimo deterioro, es más podríamos decir que prácticamente todo el techo de la misma fue destruido, realizándose su restauración a partir del año 1.939 y en la cual se elevó la altura de la misma considerablemente y rematándola con gran acierto y sensibilidad, procurando mantener toda la armonía posible del conjunto, lo cual se consiguió a la perfección.
Innumerables son las cosas de interés que se pueden apreciar dentro de este templo, pero la más importante y famosa entre todas ellas es la capilla del Doncel de Sigüenza, en la cual se encuentran varias tumbas familiares, destacando en el centro el mausoleo de los padres del Doncel, Don Fernando de Arce y Doña Catalina de Sosa, del más puro estilo renacentista, en el muro izquierdo el enterramiento de su hermano, Don Fernando de Arce, Prior de Osma y obispo de Canarias. Pero la gran obra maestra de esta capilla funeraria donde descansan los restos de Martín Vázquez de Arce, Doncel de Sigüenza, muerto en la guerra de Granada en el mes de Julio de 1.486, es la talla en alabastro, de estilo gótico flamígero, supuestamente obra de Sebastián Almonacid, y posiblemente una de las mas bellas e interesantes representaciones artísticas en lo que a joya estatuaria se refiere, que puedan encontrarse en toda la geografía española.
La Sacristía Mayor o de las Cabezas, obra de Alonso de Covarrubias, con una puerta de madera tallada de estilo renacentista, da paso al interior en la cual se puede observar una magnífica bóveda de cañón de estilo plateresco de extraordinaria construcción con 304 cabezas bellamente talladas.
El Altar Mayor con un magnífico retablo en madera policromada de estilo renacentista, en el que destaca la parte frontal con sus dos púlpitos, el de la Epístola y el del Evangelio, ambos cuidadosamente trabajados en alabastro, pero con la curiosidad que aún siendo muy similares en su talla, fueron realizados por distintos artistas y con una diferencia de casi cien años.
El Coro situado en el centro del templo está separado con una reja de hierro típicamente renacentista; en su interior ochenta y cuatro asientos tallados en nogal para otros tantos canónigos con sus correspondientes misericordias. En la parte superior un órgano de estilo barroco churrigueresco, que según dicen solamente es superado en su calidad sonora por el de la Catedral de Sevilla. Este instrumento musical está artísticamente rematado por una balaustrada de estilo plateresco.
El Claustro recientemente abierto al público después de haber sido restaurado durante varios años, nos ofrece su estilo gótico tardío, siglo XVI, y donde curiosamente sus ventanales están protegidos por rejas, algo muy poco común que yo personalmente no había visto nunca en ningún monumento de este tipo y que le confiere un aspecto curiosamente atractivo.
Si algún comentario negativo tengo que hacer de la Catedral de Sigüenza, es la sensación de abandono que nos ofrece, toda la imaginería, tallas, rejas, altares, etc., que están cubiertos de polvo y suciedad de años y años, lo cual es verdaderamente lamentable, ya que una joya de esta magnitud no puede estar "dejada de la mano de Dios" y más siendo su casa. Opino que alguien tiene que tomar alguna decisión para evitar que esto se prolongue por más tiempo. Al turismo se le atrae cuidando y realzando la belleza de nuestras obras, no dejándolas abandonadas y sin cuidado alguno hasta su total y absoluto deterioro.
Después de la amplia e interesante visita a la Catedral, nos dirigimos a un restaurante que un amable paisano seguntino nos recomendó con verdadero énfasis, si mal no recuerdo se llama El Motor; ¡vaya par de raciones de cabrito asado que nos metimos entre pecho y espalda!, según tengo entendido esta es una de las mejores zonas donde se puede degustar este plato, creo recordar que alguien muy experto me dijo en una ocasión que es la especialidad más notable y uno de los mejores lugares de toda España por la calidad y sabor de sus asados. No se equivocó nada el que me lo dijo, a fe que no.
Visitamos ahora el Museo Diocesano de Arte Antiguo, que aparte de la Inmaculada "Niña" de Zurbarán, unas tallas supuestamente de Salzillo, unas cuantas cruces procesionales medianamente interesantes, el resto es un poco pobre para denominarlo como museo con mayúsculas, para mi un museo es algo más, no valen pinturas anónimas de una categoría normalita por mucho siglo XVI y XVII que sean, (en aquella época también había pintores mediocres y malos), custodias, cálices y hostiarios que no me dicen casi nada y una campana que en mi opinión mejor estaría dejándonos oír la sonoridad antigua de sus tañidos en el campanario de alguna iglesia perdida de la Alcarria, que expuesta como un objeto de muy escaso valor artístico. Pero bueno no deseo que todo sea crítica, ni mucho menos, también es plausible que el que haya tenido la idea de mostrar a los seguntinos y a los visitantes "cosas" que se hayan ido recopilando o salvando del expolio y catalogándolas para evitar saqueos, si lo ha hecho de una forma altruista merece todo el reconocimiento y respeto, pero si por el contrario solo lo ha hecho con fines de lucro, entonces si es criticable, por que la verdad lo que se nos ofrece en este "museo" tiene escaso valor artístico, podrían haberse esmerado un poco más, aunque también es justo decirlo que el importe de la entrada por la visita tampoco es muy exagerado que digamos.


Por las empinadas calles de Villegas y Arcedianos subimos hasta la plazoleta en la que se encuentra la que fue casa del Doncel y en la que vivió varios años con su familia, de estilo gótico y hoy convertida en museo y sala de exposiciones de pintura. Enfrente se encuentra la iglesia de San Vicente, en estilo románico del siglo XII, con una puerta norte de gran belleza aunque bastante deteriorada; el interior muy restaurado ha perdido parte del encanto y sacralidad que ofrecen siempre las iglesias románicas. ¡Que difícil es hacer una restauración, sin que el interior de la iglesia pierda esa sensación de recogimiento que normalmente percibe el visitante!.


Bajamos ahora por la Calle Mayor hacia la plaza del mismo nombre y nos detenemos ante la fachada de lo que queda de la iglesia de Santiago también de estilo románico del siglo XII, que en su día fue convento de Clarisas y donde se puede admirar una puerta de bellísima factura; seguimos nuestra andadura por la empinada cuesta y a mano derecha nos encontramos la Puerta del Sol, uno de los accesos a la ciudad amurallada en su época medieval, llegamos al fin a la Plaza Mayor de estilo renacentista del siglo XVI, mandada construir por le famoso Cardenal Mendoza, que nos ofrece su esbeltez y galanura sobre todo sus soportales, balcones y fachadas perfectamente conservados.


El Ayuntamiento de la ciudad preside esta plaza junto con la fachada sur de la Catedral.
Un día completo que rematamos en una sombreada terraza frente a la Catedral, iniciando el regreso a Madrid cuando ya el sol empieza a perder su agresividad de los últimos días del verano, reflejando sobre sus piedras milenarias un color ocre amarillento que le dan al paisaje urbano el aspecto de una postal en color sepia, como si el tiempo se hubiese parado de repente y transmitiéndonos una extraña sensación como si nosotros formásemos parte de su historia y del conjunto de su estructura ciudadana.
Hasta siempre Sigüenza, tu magia como ciudad nos deja el dulce sabor que uno experimenta al quedar prendido para siempre de tu inigualable belleza. Volveremos.
Por: Luís Yáñez Abelaira.