miércoles, 22 de octubre de 2008

LA MISION

El anecdotario de los viajes mercantiles es tan extenso como largos han sido los caminos hollados, durante siglos, por los miles de viajantes de comercio.La figura del viajante es una de las más singulares del mundo. Su presencia en los mercados, en los pueblecitos y en las ciudades, siempre ha puesto una nota de color y ha sido recibida con agrado. A menudo, con curiosidad. No en vano, el viajante es el embajador de lo nuevo, de la cultura, de lo interesante. El hombre de las ideas y de los programas. El mejor colaborador del industrial competente y del detallista que palpa y siente el progreso.La valija, la maleta del viajante, además del pijama y otros efectos personales, rebosa de humanidad, perspicacia, seguridad, paciencia y sentido de la responsabilidad. Buenos ingredientes para salir a pasear por la vida.Dos de estos viajantes, se cuenta que fueron enviados a Africa para explorar y abrir aquel mercado. Les mandaban sus jefes, dos importantes fabricantes de calzado. La misión, vender zapatos a los negritos. Visto el panorama africano, pusieron rápidamente un telegrama a sus respectivas fábricas. El primero decía: "Nada que hacer. Aquí nadie gasta zapatos". Decía el segundo: "Urge preparen material y máquinas. Aquí NADIE tiene zapatos".Bien retratada queda, en esta anécdota, la misión de venta que caracteriza a cuantos vivimos del comercio. La respuesta de este auténtico viajante no se parece en nada a la de muchos detallistas que replican a su ilusionado visitador: "No me piden lo que usted me ofrece. No hay nada que hacer". Y precisamente, ¡cuanto queda por hacer!.Si todos los viajantes del mundo hubiesen recibido anticipadamente una película de su propia vida, con el cúmulo de vicisitudes que les esperaba en su misión y el pago que los fabricantes les iban a dar a la postre, seguros podéis estar de que los hombres caminarían aún en carreta de bueyes. Y dudo mucho que Colón, el sublime visionario, nos hubiera traído ya las primeras patatas de América.No es el esfuerzo la medida real de los éxitos. La verdadera medida es el logro de nuevos horizontes, de nuevos renglones, de nuevos estilos y nuevos cauces que lleven a la larga a mejores rentabilidades, siempre educando y siempre orientando, en una atmósfera de efectivo y afectivo servicio. Esta es la MISION.
Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA.

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