miércoles, 22 de octubre de 2008

VINO

Es bien cierto que la felicidad se va haciendo sobre la marcha, acumulando sucesivamente diminutos momentos felices. Extraer de cada instante, como estalagmita, lo que este tiene de gozoso, pasar de puntillas sobre amarguras reales ó soñadas, ha de llevarnos al almacenaje de ratos gratísimos. No sería exagerado decir que un individuo que ha atesorado infinitud de momentos saludables y limpios, tiene asegurada una renta larguísima de dicha. De recuerdos.Aseguran que ir por la vida sin amor, es como ir a la guerra sin fusil, al mar sin estrella ó a un viaje sin un libro. Ir por la vida sin amor…Quienes hemos vivido muchos años profundamente sumidos en una vida de relación social, hemos tenido la gozosa riqueza de conocer gentes encantadoras, de saborear pensamientos ajenos que nos han regalado con el más sublime de los desprendimientos, con la mayor generosidad, sin pedir nada a cambio, sin más testigo que el pinturero vaso de buen vino.Y es que este vaso de "bon vino", que diría el juglar, va purificando lenta, indefectiblemente, la visión de las cosas, restando acidez y añadiendo calor; ¿no son indicios de amor, que resta y suma de modo permanente?.Estas tertulias, tantas con las que nos hemos deleitado, han ido poco a poco construyendo nuestra ideología, transformando nuestro anterior concepto, sembrando positivas dudas, contradiciendo creencias, descubriendo otros renglones, difuminando sospechas sin fundamento, reafirmándonos en la esencia de lo que deseamos realmente, calentando nuestro espíritu y acercándonos tibiamente, cariñosamente, a personas de las que difícilmente podremos renunciar en nuestro más entrañable recuerdo. ¿Quién será capaz de extirpar del alma y para siempre, una dulce evocación?.Embriagarse en solitario, como dicen que hacen por esos mundos, es un pecado de una dimensión que yo no puedo catalogar. Ponerse contento junto a un amigo, "alter ego" ó recién llegado, es privilegio que tenemos los adictos al buen vaso y que jamás aquellos, extranjeros en su gran mayoría, nos podrán perdonar.Acumular recuerdos. ¡Pues no he dicho nada!. Cuando vayas pasando por la vida, cuando eches la vista atrás y holles escenarios y degustes palabras, ideas, amores bien sentidos al calor de un vaso fortificante, te vas a enterar para que valen los recuerdos.Serán estos siempre tu estrella en el viaje final, serán tu postrer disparo. Serán el libro que supiste escribir, signado para la eternidad con tu propia firma.¡Buen vino te deseo amigo mío!.
Por: LUIS YAÑEZ ABELAIRA.

No hay comentarios: